¡Buen Lunes! En realidad no, los lunes son un asco. Y aquí os traigo una historia sobre arañas (Ron, Annabeth, dejad de leer).
ARACNE
En Grecia vivía una joven llamada Aracne. Era una mujer muy bella, cuya única afición era tejer. Y esa era su más preciada habilidad. Todo el pueblo iba a ver sus bordados, su fama le predecía por toda Grecia. Y decían que un tejido tan excepcional no podía estar hecho de lino, ni de seda ni de lana, sino que la urdimbre era de rayos del sol y que la trama era de hilos de oro
Tal era su orgullo, que se atrevió a retar a Atenea, diosa de a sabiduría, a que ni siquiera ella la superaría tejiendo.
Primero, se le apareció la diosa en forma de ancianita, y le aconsejó agradecer a los dioses por su habilidad, y que fuera más modesta. Aracne, claro, le respondió de malas maneras, y esa fue la gota que colmó el vaso.
"Aracne," dijo la mujer, "soy Atenea, la diosa de las manualidades y de la sabiduría, y he oído tus alardes. ¿Estás segura de que aún crees que puedes hilar y tejer tan bien como lo hago yo?"
"En tres días ambas tejeremos; tú en tu telar y yo en el mío. Pediremos a todo el que quiera que venga a vernos; y el gran Zeus, que esta en las nubes, será el juez. Y si tu trabajo es mejor, no tejeré nunca más hasta que se termine el mundo; pero si mi trabajo es mejor, entonces nunca más usarás el telar ni el huso.
Atenea representó los doce dioses principales del Olimpo en toda su grandeza y majestad. Además, para advertir a la muchacha, mostró cuatro episodios ejemplificando las terribles derrotas que sufrían los humanos que desafiaban a los dioses.
Aracne representó los amoríos deshonrosos de los dioses. Atenea se lo tomó como un insulto, y la humilló. Rompió su tapiz y se lo tiró a la cara. Aracne, deshonrada, intentó ahorcarse. Pero Atenea no permitió que muriera sino que la convirtió en una araña, para que continuara tejiendo por la eternidad.
He oído decir que todas las arañas que han estado en el mundo desde entonces son hijas de Aracne. Quizás Aracne aun vive hilando y tejiendo; y la siguiente araña que veas puede ser la mismísima Aracne.
Espero que os haya gustado la historia. Ya sabéis, cuidado con las arañas. Menos mal que no sé tejer.
Hija de Zeus
Hola!! Gracias por la nominación, me pasaré!
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